La respiración y el prana

Sin el oxígeno que la respiración nos proporciona, el cerebro deja de funcionar en minutos, seguido muy poco después por el cuerpo.

La necesidad del aire distingue las cosas vivas de las inertes. Una sola respiración es la diferencia entre la vida y la muerte.

Para el Ayurveda, la respiración no es sólo aire y pulmones, es el vehículo a través del cual el prana entra en el cuerpo y le da la vida.

La respiración es el enlace entre el cuerpo y la mente, experimentamos esta conexión cada vez que cambia nuestra respiración o nuestro estado de ánimo

- Cuando estamos alegres, la respiración es estable y profunda
- Cuando estamos deprimidos, es corta y temblorosa
- Cuando estamos enfadados, es agitada y acalorada
- Cuando sentimos miedo, es rápida, corta e irregular

La respiración es una de las primeras funciones fisiológicas que se modifican cuando estamos bajo el efecto del estrés.

Los cambios respiratorios afectan al cuerpo tanto como las emociones: por ejemplo, una respiración superficial apaga el color del cutis, mientras qué la respiración profunda, lo revitaliza.

Cuando el ritmo natural de la respiración se altera continuamente por el estrés, el prana se agota. Y sin suficiente prana, el cuerpo pierde la vitalidad y la energía, una mala respiración afecta al funcionamiento inmunológico.

Es la fuerza de la respiración (los cambios rítmicos de la presión del tórax) la que bombea la circulación linfática, necesaria para purificar la sangre, ya que el sistema linfático no cuenta con ningún motor como el sistema sanguíneo que tiene el corazón.

Hay más factores, además del estrés, que ayudan a agotar el prana, los más importantes son:

- Malos hábitos de respiración
- Mala nutrición, ya sea por exceso o por defecto
- Periodos largos de ansiedad, discusiones, tristeza, depresiones
- Problemas de digestión y eliminación

Cuando por la razón que sea, el nivel de prana se altera durante mucho tiempo, llega el desequilibrio al cuerpo, con la consecuencia inevitable del trastorno y la enfermedad.

El pensamiento y la respiración siempre trabajan juntos, cuando la mente está alterada, la respiración está alterada; cuando la mente esta calmada, la respiración fluye fácilmente.

Aunque también sucede lo contrario: cuando la respiración está en calma y es profunda, la mente y las emociones se aquietan espontáneamente y el cuerpo se equilibra.

Si sentimos cualquier emoción no deseada como ansiedad, miedo, estrés, etc.. o cuando vemos que estamos a punto de perder el control, nos sentamos y hacemos 20 respiraciones lentas y profundas, después esa emoción habrá bajado de intensidad o habrá desaparecido, prueba y luego cuando experimentes los resultados, sonríe.